Ladrón con auto y ladrón sin pan

En la actualidad podemos ver que contamos con una gran oferta de talento humano, grande profesionales ya no únicamente con títulos de tercer nivel, sino que además cuentan con uno, dos o hasta tres postgrados, buscando así capacitarse en varias ciencia de la misma rama para lograr así la polivalencia que las empresas actuales demandan, pese a este maravilloso talento humano quienes son la fuente de la generación de la competitividad y de la innovación, las plazas de trabajo se ven saturadas y dado el volumen de oferta de talento humano se ha creado un desfase sumamente alto de desempleo, ya que la gran mayoría de las empresas no reconocen el grado de estudios y experiencia laboral que tiene el concursante al cargo, y ofrecen salarios sumamente bajo y hasta cierto grado insultante, que muchas veces por la necesidad de percibir algún ingreso aceptan cubrir esas vacantes pero sin satisfacción alguna de desenvolvimiento, sino prácticamente por obligación dada por la necesidad; nos preguntamos, de qué competencia hablamos? La competencia debe ser limpia, primero otorgándote la oportunidad de desenvolverte y demostrar tus aptitudes, la competencia no es algo espontaneo, ni algo que se da de por sí, sino que es dada por una interacción entre el individuo y el ámbito laboral. De qué valores hablamos cuando nos referimos a esto casos? Es ético pagar menos de lo que merece a una persona por su trabajo? Ponte por un instante en los zapatos de un trabajador mal remunerado que tiene que de paso aprender de magia para hacer alcanzar sus ingresos para todos los costos y gastos que tiene que cubrir, debemos recuperar o sembrar valores y ética en nuestra sociedad para no convertirnos todos en ladrones, la diferencia es que unos son pobres y no tienen ni para el pan del desayuno y otros son dueños de grandes empresas y conducen vehículos de lujo además de ir de vacaciones por el mundo. El talento humano que existe en nuestro país es único y lastimosamente desperdiciado, porque no es fácil empezar desde abajo por sí solo, como decimos vulgarmente “sudando la camiseta el día a día” que simplemente ser amigo de gente en posiciones claves y seguir escalando mientras que los otros se queman las pestañas estudiando, preparándose para con orgullo poner en práctica todo lo aprendido en la teoría para poner su granito de arena y sacar adelante a la empresa en la cual desea trabajar desde niño, para que cuando sean más grandes y conocidos en el exterior pueda escuchar con orgullo “es una empresa Ecuatoriana” y que retumbe por los rincones de mundo que en Ecuador, su país, hay gente sumamente capacitada y buena que genera fuentes de empleo y mejora la calidad de vida de su gente.