Tu delite es mi fin (el tabaco)

Cuando cometí el error de fumar para que mi madre deje de fumar y no muera con los pulmones hechos carbón como decía mi abuela, nunca imaginé que hacia tanto daño e incomodaba a la gente a mi alrededor, pese a que preguntaba si les molestaba y decían que no, es algo tan danino y fastidioso. Cuando te fatigas al mínimo esfuerzo no precisamente es porque estás enfermo, lo más probable es que fuiste fumador pasivo durante muchos años sin darte cuenta y hoy te está facturando tu cuerpo. Busqué una opción para mejorar mi calidad de vida escuchando las recomendaciones de mis especialistas, me cambié a vivir a la costa de mi país, fui con mi perrito y miles de sueños e ilusiones, al mes de estar ahí sentía que empeoraba en lugar de mejorar, no paraba de toser y ahogarme con mi propia flema constantemente eran episodios de tos que duraban de 45 minutos a 1h30, terminaba molida, como si hubiera corrido una gran maratón, el edificio donde rente la suite era libre de humo, pero siempre sentía un olor a tabaco, pensé que estaba psicosisda con el olor, hasta que alguien más también me dijo que percibía el olor, empezamos a investigar y resulta que la señora que vivía en la suite sobre la mía fumaba a tal punto que su sola presencia apestaba a tabaco, no imagino tomar su mano y que se impregne su olor en mí (pesadilla), hablé con la dueña del edificio para comentarle este mal estar y tras varias semanas de no ver ningún cambio, me armé de valor y tras una oración subí a hablar con la "fumona" y explicarle mi condición pidiendole que por favor no fume dentro del edificio recordándole que es libre de humo y que tiene acceso a una hermosa terraza para hacerlo, pues lo único que recibí fue un "yo pago por esta suite y puedo hacer lo que me dé la gana" y un gran puertazo en la cara. Las leyes en mi país no respaldan a los no fumadores en nada, así que empecé a buscar otro lugar para vivir, lamentablemente mi presupuesto era pequeño para las opciones que habían, así que decidí regresar a mi fria ciudad en la sierra. Al regresar a la casa en la que viví prácticamente toda mi vida (a excepción de unas temporadas cortas), empecé a desempacar mis sueños y acomodar mis cosas, nuevamente vino a mi el olor a tabaco, realmente pensé que ya estaba mal psicológicamente y que quedé psicosiada con el tema, pero yo seguí empeorando con mis pulmones, sumado al frío y la altura las cosas empeoraban aún más, no sabía que hacer, no quería darme por vencida pero mis pocas fuerzas se iban desvaneciendo cada vez más, hasta que un día mi mamá me dijo que también percibió el olor, nuevamente corroborando que no estaba mentalmente mal gracias a qué alguien más lo olió, resulta que las casas de los lados los dueños que ya son viejitos decidieron mudarse a sus casitas de campo y rentar acá a compeltos desconocidos, y resulta que esos desconocidos son quienes fuman en el único lugar que pensé que nunca llegaría el humo, vivo encerrada sin abrir ninguna ventana y sellada con masquin y cinta de embalaje para evitar que entre el olor, pese a ello sigue entrando y yo sigo peor. Recién hace unos días mi médico internista me confirmó que mi ronquera, moquera, dolor de cabeza, tos incontrolable y producción extrema de flema se debe a una sinusitis crónica, gracias a mi rinitis alérgica que no me permite soportar el venenoso humo del tabaco. Si tan solo supieran lo que significa para alguien todo el daño que producen al fumar, si tan solo se pusieran en mi lugar por un instante, quizás lo entenderían. Además de todo tienen pulmones sanos y en lugar de aprovecharlos y vivir al 100% disfrutando de su vitalidad se están matando y acabando con las esperanzas de alguien que hace 10 años le dieron 6 meses de vida y sigue luchando por hacer sus sueños realidad y continuar viviendo. Me siento frustrada, cansada, incomprendida, como si fuera de otro planeta, no tengo un lugar para refugiarme y descansar. Pido perdón a todas las personas a quienes dale e incomodé cuando cometí la estupidez de fumar, perdón de todo corazón.